Tras haberse infiltrado en su empresa durante cuatro días, el jefe de L'Antiga Valenciana desvelaba por fin su identidad a los trabajadores. Una de ellas era Ruth, la pastelera, que desde el principio se mostró visiblemente incómoda y a la defensiva, aunque le dedicó un piropo memorable. "Lo que vi el otro día no es lo que esperaba ver", aseguraba el ejecutivo. "¿Recuerdas el momento tarta?", preguntaba. "Sí, estaba la mía, que estaba bien hecha y la tuya, que no estaba bien hecha", respondía ella con rotundidad.

"Debería haber estado un poquito más encima de tu trabajo para que todo hubiera salido mejor", reconocía finalmente. En efecto, el jefe admitía que su tarta no era apta para la venta, pero ella no la apartó. "Ayer salió y este es el lote que hemos tenido que retirar".

"Cuando te vi actuar así pensé que no eras la persona adecuada para la empresa", confesaba para después preguntarle si ella cree que es una buena empleada."Lo debes decidir tú, es tu empresa". Pero lo cierto es que también descubrió cosas muy buenas de ella durante la jornada de trabajo que ambos compartieron.

(*) Desde laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la hemeroteca de El Jefe Infiltrado.