Los vecinos de la localidad almeriense de Topares están dispuestos a llegar hasta el final para recuperar la propiedad de un salón social que construyeron con sus propias manos y mantuvieron desde los años 50, pero que la Iglesia ha inmatriculado a su nombre.

Alfonso Serrano, presidente de la Hermandad de las Ánimas, explica a Andrea Ropero que este local es el lugar donde se reúnen todos los vecinos del pueblo, "el sitio de convivencia", y subraya que no tiene nada que ver con la Iglesia: "Lo hizo el pueblo para su disfrute. El obispado no ha tenido nunca nada que ver".

Por eso, confiesa que cuando en 2020 se enteraron de que la Iglesia lo había registrado a su nombre, se quedaron todos "de piedra". La institución eclesiástica esgrime que era un antiguo cementerio y son terrenos suyos, pero Serrano espeta: "¿Qué van a decir? A ellos mentir les da igual".

"Me duele mucho por nuestra gente mayor. Si ves a los mayores de 80 años cómo se sienten con todo esto, es penoso. Solo por eso, tenía que darles un poco de calor y pensar: cómo les vamos a quitar lo que tanto ha sudado esta gente y lo que tanto trabajo les costó hacer", comenta, y asegura que no van a tirar la toalla. "Nos sentimos como que nos están robando, pero es que es verdad, nos están robando lo nuestro", sostiene.