La preocupación del Partido Popular ante la irrupción de Vox "tiene sentido": "El Partido Popular está compitiendo con dos partidos al mismo tiempo, lo que puede hacer que el sistema electoral se convierta en una verdadera trituradora, perdiendo votos y que no se traduzcan en escaños", ha asegurado el politólogo Pablo Simón.

Pero para comprenderlo es necesario explicar cómo se reparten los escaños en España. Tenemos 350 diputados que se reparten a razón de dos diputados para cada provincia y luego en base a la población. Barcelona, Madrid, Valencia, Alicante, Castellón, Málaga y Sevilla son las provincias en las que para conseguir un diputado solo hace falta el 3% de los votos, "ahí para conseguir un diputado la llamada al voto útil tiene poca razón de ser", explica el politólogo.

Otra parte de España tiene circunscripciones con entre seis y diez diputados. Para conseguir un diputado se necesita, más o menos, el 10% de los votos.

Pero además está la España mayoritaria, de la que tanto hablan ahora Vox y el Partido Popular. Estas provincias eligen menos de cinco diputados y los partidos deben sobrepasar el 15% de los votos para que la ley electoral no les haga daño.

Esas provincias son la clave, en ellas se estima que entre 20 y 25 diputados podrían estar en juego. Por ejemplo, en el año 2015 izquierda unida sacó un millón de votos, pero solo consiguió dos diputados. La causa fue que no se tradujeron de forma efectiva en el resto de provincias que no eran Madrid.

En las provincias pequeñas tradicionalmente tanto PP como PSOE han tenido representación. Pero puede ser que Vox tenga importancia por su discurso sobre la pesca o la caza. "El partido popular tiene muchas opciones de ser primero pero la duda es qué ocurrirá con el resto de escaños", ha explicado Simón, que ha concluido: "La importancia es saber si le saca suficiente distancia a Vox o no, porque sino sería un escaño adicional a Vox, por lo que en muy poquitos votos estará la diferencia entre que se forme un Gobierno de las tres derechas o no".