El Intermedio ha hablado con Elisa de la Nuez, secretaria general de la fundación 'Hay Derecho', dedicada a la lucha contra la corrupción y la regeneración institucional. De la Nuez ha realizado uno de los estudios más completos y serios sobre las puertas giratorias en nuestro país y nos cuenta por qué hay una proporción tan baja de compatibilidades.

"Parece un poco sorprendente que haya tantas autorizaciones y tan pocas negaciones. El problema es que la oficina no es capaz de controlar la realidad de las puertas giratorias mas allá de los aspectos formales; no entra en la verdad de lo que se está diciendo ni en la realidad del trabajo que se va a hacer después", ha explicado la abogada del Estado.

"Cuando estas personas pasan a las empresas no es por su perfil profesional, sino porque tienen una capacidad de llegar a ciertos ámbitos del sector público que son importantes para las empresas. Lo que nos debería preocupar es que no hay un control real de las puertas giratorias", ha reiterado.

Además, Elisa de la Nuez ha explicado por qué las puertas giratorias de las que se benefician los altos cargos, siendo legales, tienen también una sombra de sospecha para los ciudadanos: "Si la oficina tuviese mas independencia, hubiese su trabajo de forma mas rigurosa, habría menos puertas giratorias y la sociedad estaría menos preocupada por las puertas giratorias, porque podría confiar en que cuando se da una compatibilidad se ha comprobado que no hay un conflicto de intereses".

Una de las líderes políticas que acaba de introducirse en una gran empresa es la exvicepresidenta del Gobierno de Mariano Rajoy, Soraya Saenz de Santamaría. Nueve meses después de abandonar el Ejecutivo, la exdiputada del Partido Popular ha "fichado" por un bufete de abogados sin hacer público su sueldo.