La inmediatez se impone como un valor cada vez más importante para los consumidores. Prueba de ello es el auge de los llamados 'supermercados fantasmas', un nuevo tipo de establecimiento en el que el que llena la cesta de la compra no es el consumidor sino los trabajadores y, además, a un ritmo frenético. Y es que tras recibir el pedido el empleado tiene dos minutos para llenar el carro a toda prisa y, una vez finalizado el pedido, un repartidor tiene ocho minutos para hacer la entrega en el domicilio del cliente.

Un trabajo estresante que la responsable de uno de estos nuevos supermercados define de otra forma. "El estrés es la parte de la presión que uno mismo se puede poner, pero cuidamos el trabajo en el equipo para que sea un disfrute. Puede ser estrés o adrenalina positiva", destacó la joven. El Gran Wyoming, que no dio crédito al escucharla, contesto tajante: "Con un trabajo así vas a quedar más quemado que los chorizos parrilleros".