"La escolarización de un niño no vacunado expone a un riesgo al resto de niños. Algunos niños pueden no estar vacunados por diferentes motivos: porque son muy pequeños, por indicaciones médicas o porque no tienen acceso al sistema de salud". Y sería un gran riesgo que cogieran una enfermedad por culpa de los padres que se niegan a vacunar a sus hijos, según explica Rojo.

El movimiento antivacunas "crece por la falta de sensación de riesgos", apunta Pablo. "La gente dice "las vacunas para qué'". También porque creen que todo lo que no sea natural no es bueno, y eso es mentira. Además, las redes sociales han ayudado a la difusión de este tipo de creencias.

Para frenar este movimiento Pablo Rojo propone diferentes medidas: establecer la obligatoriedad de algunas vacunas y sancionar a los padres si no cumplen con ellas. También, hacer campañas de información.

"No vacunar a los hijos puede generar enfermedad para tus hijos, para otros niños y un gasto en Sanidad que no debería producirse", sentencia el experto.