Tras concluir un largo toque de queda en Kiev, Mikel Ayestaran ha podido visitar el norte de la capital ucraniana, una de las zonas más castigadas por los ataques de Rusia. Allí se ha encontrado con una seguridad intensificada por parte de las fuerzas ucranianas, pero también un "rugido de la artillería" que no había escuchado de forma tan intensa en las últimas semanas.

El reportero explica en El Intermedio que la suya "es una rutina muy macabra": por la noche -señala- "vas escuchando explosiones" y, al día siguiente, comprueba los destrozos y las víctimas en los lugares afectados. "Es jodidamente cierto que te acostumbras", lamenta el periodista, que afirma que "si no ves un grado de destrucción muy, muy fuerte, hay momentos en los que pasas de largo".

"Esta rutina es tan macabra, al final vas teniendo tantos edificios, tanta destrucción, que cada vez vas poniendo el umbral mas alto", explica Ayestaran, que señala que, aunque "todo te afecta", lo cierto es que "el umbral del dolor va cada vez subiendo". "Noche tras noche, tenemos más y más casas atacadas", resume el periodista, cuya intervención puedes escuchar en el vídeo que ilustra estas líneas.

El balance de Mikel Ayestaran tras un mes de guerra

"A la hora de hacer de hacer un balance de semejante desastre, lo primero nos tenemos que fijar en las víctimas", afirma Mikel Ayestaran, que analiza en este vídeo de El Intermedio la situación en Ucrania tras cuatro semanas de invasión rusa: