Cerca de 20.000 personas que vivían en residencias de mayores fallecieron durante los primeros meses de la pandemia por coronavirus o síntomas compatibles, lo que reveló la precariedad de un sistema asistencial que, lejos de solucionarse, continúa siendo objeto de denuncia.

Andrea Ropero ha podido abordar esta problemática con Miguel Vázquez, presidente de la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en Residencias, que explica que en estos lugares "se tienen menos derechos cuando se ingresa que si se estuviera fuera". "Mi madre ingresó en una residencia pensando que iba a estar mejor que en casa y me di cuenta de que eso no era así", comenta este hombre que asegura que, incluso después del COVID, "no ha cambiado nada".

"Es un modelo que se ha convertido en un negocio y que se basa en tres pilares fundamentales: falta de personal, falta de control y una oferta inferior a la demanda, con lo cual el negocio está asegurado", afirma el presidente de PLADIGMARE, que también critica la "dejación de funciones en todas las comunidades autónomas": "Han visto que la atención de los mayores significa invertir y como no han querido hacerlo han facilitado ese negocio a costa de la atención de las personas mayores", explica en el vídeo sobre estas líneas.