Seis meses después de que el Gobierno español consiguiera repatriar a una decena de gazatíes con nacionalidad española, permiso de residencia o vínculo de consanguinidad, Andrea Ropero ha podido hablar con algunos de ellos que residen en un hotel de Pilas, Sevilla, para saber cómo es su adaptación y cómo viven lo que está ocurriendo en Gaza.
El doctor Salah Awad El Sousi, hispano palestino, recuerda que se fue a vivir a Gaza impulsado por los acuerdos de paz de Oslo. Allí, explica que "vivimos de una forma inmejorable" gracias a su reputación y que ahora eso "se frena en seco": "Después de la creación del Estado de Israel se borra el nombre de Palestina del mapa de Palestina, quieren borrar nuestra identidad", afirma en el vídeo sobre estas líneas.
También recuerda cómo fueron los primeros días de bombardeos israelíes y que salió de su casa "con lo puesto": "Han bombardeado todo, las escuelas, protegidas por Naciones Unidas, han sido derribadas teniendo gente ahí dentro y los hospitales ni te cuento", comenta. En su salida de Gaza, cuenta que lo que más recuerda es "el miedo" y que "siempre he enseñado a mis hijos que nuestra documentación siempre tiene que estar a nuestro lado, sobre todo como españoles, es nuestra salvación".
Una vez en el paso de Rafah, explica que "estuvimos esperando 20 días hasta que nos llegó el turno" y que, una vez llegaron a Egipto dijeron "ya vivimos, ya estamos vivos, sanos y salvos". Su vida en estos seis meses asegura que ha sido "extraordinaria" en términos de comer y dormir, si bien afirma que "la vida no es eso": "Nosotros tenemos niños y queremos reemprender nuestra vida y normalizar nuestra vida como españoles", a lo que añade que "nos están facilitando muchas tareas sociales, excepto el domicilio".
Respecto a la reacción de la comunidad internacional, Salah hace dos valoraciones, por una lado la de la gente, que para él es "inmejorable". Por otro lado, sostiene que la actuación de los países es "vergonzosa": "Ese silencio macabro, esa doble vara de medir y no se mueve el mundo por parar un genocidio de más de 35.000 personas", apunta. Además, se ofrece como intérprete para cualquier entidad española o internacional que quiera participar humanitariamente.
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