Ana Bogani no nació en Francia, pero es "made in Perpiñan". Una frase que lleva por bandera para recordar sus orígenes y dónde vivieron sus padres republicanos, exiliados del franquismo.

Es la primera vez que cruza la frontera para visitar el homenaje a la víctimas de la dictadura española en Argelès, una ciudad costera de Francia. Sus padres fueron "republicanos, idealistas acomodados que creyeron en la República hasta las últimas consecuencias", explica Bogani.

"Ambos cruzaron la frontera el mismo día, pero por separado", relata. Al padre le llevaron a Argèles, y Ana recuerda que le contó muy poco sobre aquella época: "Contaba que se quiso escapar diez veces, que una vez un guardia le dio un culatazo en una pierna y que hablaba de hambre y frío".

A su madre la llevaron a Normandía, pero pudieron reencontrase, y volver a España donde sufrieron las consecuencias. "A mi padre no le volvieron a dejar ejercer como médico". Además, cuenta que la experiencia marcó a toda la familia. "No podíamos hablar", lamenta asegurando que sólo lo ha podido hacer "con muy pocos amigos con los que somos más afines ideológicamente".

Ha ido a Francia a "honrarlos y recordarlos", y reivindica que España se ha portado "fatal" con los exiliados. "Hecho de menos que esto que hay aquí no lo haya en España, en los campos de concentración u otros puntos simbólicos, que no haya un recuerdo".

Aurelia también ha vuelto 30 años después a la playa de Argelès, donde estuvo exiliado su padre. "Siento pena al pensar en la miseria y el hambre que pasaron".

Luisa Miralles cumple los 91, y tenía tan solo diez años cuando tuvo que irse al exilio huyendo del franquismo junto con su madre y su padre. Nos cuenta los días difíciles que pasó en un campo de concentración y las secuelas con las que convive desde entonces.

Además, Gonzo se ha trasladado hasta Perpignan, lugar que fue la vía de escape de medio millón de españoles exiliados que se convirtió en pesadilla.