Portugal alcanzó un consenso educativo hace 30 años y, desde entonces, no ha parado de mejorar sus resultados. El impulso ha sido tal, que ya se habla del milagro educativo portugués. Algunas de las medidas han sido la apuesta por la educación pública, la disminución de las ratios y la gratuidad de los libros de texto.

Para conocer cómo ha logrado el país luso este aumento en calidad educativa, Gonzo se ha trasladado a Portugal para entrevistar a Tiago Brandao Rodrigues, ministro de Educación.

El líder, que lleva casi cuatro años en el cargo y comenzó de manera independiente, asegura que "es necesario inyectar dinero" y la suya "es una buena inversión". Y es que este país invierte un 5,5% del PIB en Educación, muy por encima de la media europea y de la cantidad que invierte en España.

Esta inversión se ha visto reflejada en una importante mejora educativa. El ministro luso explica que cuando cayó la dictadura de Portugal, en el año 1974, "un 45% de habitantes era analfabeto, lo que suponía casi uno de cada dos portugueses". Ni siquiera "sabían lo que era un número o marcar un teléfono".

En cuanto a la batalla entre la educación pública y la concertada, Tiago Brandao apunta: "La ley es muy clara, los colegios concertados deben existir donde no hay escuela pública. Nosotros solo cumplimos la ley, creemos que la pública debe estar entre las prioridades del Estado y como servidores públicos, debemos ofrecer enseñanza a todos los estudiantes".

Además, otra de las consecuencias del éxito educativo, dice, es "no ser impositivos" y confiar "en los centros": "Les dijimos a las escuelas que podían aumentar la flexibilidad pedagógica y ahora lo que vemos son escuelas comprometidas".

Otros momentos destacados

Los estudiantes portugueses describen cómo es desde dentro uno de los sistemas educativos que mejor ha proliferado en los últimos años. Entre los adjetivos que destacan, los jóvenes aseguran que se trata de un "aprendizaje continuo" con "profesores cercanos".

Gonzo pone entre las cuerdas a El Gran Wyoming y le lanza una pregunta incómoda difícil para el presentador, que defiende la educación pública, pero, ¿a qué tipo de colegio van sus hijos?