Muchos estudios relacionan el uso de los teléfonos móviles en centros educativos con el aumento de los casos de acoso escolar y un menor rendimiento académico. ¿La solución pasa por la prohibición o por la educación? Para analizar esta y otras cuestiones, Andrea Ropero ha conversado con Mariaje González Flor, extrabajadora de Microsoft y experta en Educación Digital.

En el vídeo sobre estas líneas, señala que a la hora de plantearse dar un móvil a un menor, "lo primero que hay que hacer es decidir, en lugar de la edad, para qué se necesita". En este sentido, se muestra partidaria de ir "desarrollando necesidades y competencias digitales a medida que el menor las vaya demandando y en familia": "No se puede pasar de 0 a 100", afirma.

También explica que, desde el principio de tener acceso al móvil, se debe "consensuar unas normas y que haya muchísima confianza, para que si el menor detecta un caso de abuso, nos lo pueda contar". Para aquellos padres que no tienen conocimientos digitales, les manda un mensaje: "Saben más de lo que creen, que se apunten y se formen para aprender a poner controles de tiempo de uso, a qué páginas puedo acceder y cuando me avisen de que quieren instalar algo, que yo como padre tenga que autorizarlo".

La experta asegura que "no hay voluntad política" para abordar esta cuestión que, según ella, "deberíamos ponerla en prioridad 1": "Hay muchos riesgos en el abuso de la tecnología, como adicciones, problemas de salud mental, interpretaciones diferentes que están haciendo por el consumo tan temprano del porno", explica González Flor.

También sostiene que "de quitarnos el móvil tenemos que quitarnos todos": "Nos obsesionamos con el tiempo de uso de un menor y a lo mejor está haciendo cosas útiles, pero ¿has mirado tú hoy cuánto tiempo has usado el teléfono?".

Candidata socialista

Teresa Ribera califica de "tremendo error" abrirse a pactar con la ultraderecha como propone von der Leyen

Andrea Ropero charla con la ministra para la Transición Ecológica sobre lo que puede ocurrir en Europa si, tal y como auguran los sondeos, la ultraderecha logra mejorar sus resultados en las elecciones europeas de junio.