Con la llegada de la democracia llegó la libertad educativa garantizada por un sistema de educación pública amplio y bien dotado de recursos. Sin embargo, y como apunta Wyoming, "Desde hace unas décadas se fomenta la enseñada privada y concertada por encima de la pública", lo que a la larga supone un deterioro de la pública al desviarse los recursos hacia la de pago que, por cierto, se paga "con la pasta de todos".

De hecho, en estos momentos, "más de la mitad de los ingresos de la educación privada y concertada provienen de subvenciones ofrecidas por las distintas comunidades" a pesar de que en muchos casos se cobran a las familias "cuotas muy elevadas" por cada alumno, apunta el presentador. Algo que, en su opinión, "no se debería hacer" porque lo que está pasando es que se "está confundiendo interesadamente la libertad educativa con la libertad de forrarse".

Evidentemente la educación privada puede "tener su sentido", defiende, ya que hay quienes deciden pagarla por cuestiones "religiosas o culturales", pero solo una buena educación pública bien financiada garantiza la igualdad educativa de todos los alumnos. "La educación es un derecho, no un negocio", sentencia El Gran Wyoming, que defiende que el "futuro de los niños debería estar en sus propios méritos y no en sus posibilidades económicas".