Una década después de la restauración del Ecce Homo, Borja se ha convertido en un destino turístico al que personas de todo el mundo se han acercado para contemplar lo que ya es un 'icono pop'. La gran culpable de que esto sea así es Cecilia Giménez, la mujer que, con la mejor de las intenciones, se propuso restaurar una obra de principios XX que terminó convirtiéndose en fenómeno viral.

A sus 91 años, Cecilia explica a Thais Villas qué le llevó a intentar la restauración: "Lo veía viejo, sin cara y sin nada, y me dije voy a coger los cacharros, me voy a ir a la iglesia y lo voy a hacer". Sin embargo, como relata su sobrina Marisa Ibáñez, "vio que el salitre se venía abajo y lo empapó con la intención de que, cuando volviera de viaje, arreglarlo, pero ya no le dio tiempo".

Los primeros momentos después de que se convirtiera en un fenómeno global no fueron fáciles para Cecilia, pues Marisa recuerda que "no comía, no quería salir de casa... pasó mucha vergüenza de verse ridiculizada en el mundo entero". Sin embargo, comenta Marisa, "el cariño de la gente le ayudó a seguir adelante". Finalmente, todo aquel revuelo acabó bien, y hoy en día Cecilia lo considera "un milagro que la virgen de la Misericordia me ha hecho". Puedes ver la entrevista al completo en el vídeo sobre estas líneas.

El alcalde de Borja: "Es un icono pop"

"Nos ha puesto en el panorama mundial turístico", afirma a Thais Villas el alcalde de Borja, que destaca que, gracias al Ecce Homo, esta localidad aragonesa recibe cerca de 10.000 visitantes al año e ingresa 50.000 euros en las arcas públicas.