"Están muy bien los intentos de ahorrar energía", comenta Dani Mateo, que explica por qué las "propuestas creativas" que se están poniendo de moda para intentar ahorrar en consumo de gas y luz no tienen ningún futuro. Y, es que, se ha dado cuenta de que no es el "primer lumbreras" al que se le ocurre calentarse este invierno con una estufa de pellet, porque en un año "su precio se ha incrementado la friolera de un 70%".

Lo mismo ha sucedido con los edredones, "que han pasado de costar 90 € a casi 200€"; o los guantes, cuya "demanda ha aumentado un 113% respecto al año pasado. O sea, que raro sería que no aumentaran su precio", explica. Por eso solo ve dos opciones viables para escapar del "apocalipsis energético": "O rascarse el bolsillo o acercarse a una tienda de edredones, porque cuando ves lo que cuesta un nórdico te vas bien calentito a casa".