Andrea Ropero entrevista a Recesvinto Valiente, delegado del sindicato de enfermería SATE en las residencias AMAS (Agencia Madrileña de Atención Socia), y enfermero en uno de los centros madrileños.

Explica que "han sido unos meses muy duros", y que después de más de 30 años trabajando en servicios sociales en residencias de la Comunidad de Madrid y "jamás había visto una situación así, ha sido terrible".

El sanitario alude a dos principales motivos: la falta de personal y la situación en la que estaban los usuarios, "mal atendidos, sin personal y el que había iba cayendo contagiados por COVID-19".

Preguntado por qué no se derivaban personas mayores a los hospitales, Valiente cuenta las trabas que se han puesto durante la pandemia para que un residente fuese atendido en un hospital. "Había una instrucción verbal de que no se derivasen residentes al hospital".

"Por la noche, cuando teníamos que solicitar alguna derivación lo hacíamos a través del 112. Por la mañana tenían que darle un visto bueno un medico geriatra, como una especie de filtro", relata. Cree que de esta manera se evitaba llevar a una persona al hospital "para intentar que te aguantes con tu problema en tu residencia".

Y explica casos más concretos. "Ha habido casos en los que se derivó a dos residentes y la respuesta fue: 'Ni se os ocurra volver a derivar a estas personas aquí'", cuenta. También habla sobre la experiencia de una residente que se fracturó la cadera tras una caída a la una de la madrugada: "Se la llevó al hospital. Cuando a los dos días que vuelvo a trabajar por la noche me encuentro que vuelve a estar en la residencia sin operarla, aunque su calidad de vida era muy buena", explica.

¿Qué podría pasar con un rebrote?

Sobre la posibilidad de que se llegue a producir un nuevo rebrote, Valiente apunta que no conoce qué medidas se producirían, pero advierte que "el personal sanitario que trabajamos en residencias de mayores estamos quemados, no podemos más".

Además, considera que se les ha valorado a ojos de terceros, "como que los sanitarios maltratábamos a los residentes. Nada más lejos".

"Dábamos lo que teníamos, que era insuficiente. No teníamos otros medios, pero si de 8.600 fallecidos en Madrid, 6.000 han sido en residencias, alguien tendría que hacérselo mirar porque no es normal que un 70% de los fallecidos en la región hayan ocurrido en estos centros", concluye el enfermero.

Otros momentos destacados

Para indagar más sobre la situación crítica que se ha vivido en las residencias de España durante la crisis del coronavirus, Andrea Ropero entrevistó a Manuel Rico, periodista y director de investigación de 'Infolibre'. Este llegó a asegurar que para los empresarios propietarios de las residencias "son lo mismo nuestros abuelos que una cadena de hamburguesas".

La periodista también charló con Pilar Rodríguez, exdirectora del Imserso y directora de la Fundación Pilares, quien señaló que en la pandemia ha fallado "la precisión de atender a los mayores, los más vulnerables".

La experta explicó que en España puede haber residencias privadas que "están gestionadas por personas o grupos que no buscan tanto el bienestar de esas personas y buscan mas el lucro".

En otra entrevista, Andrea Ropero charló con Marina Carrasco, una de las muchas enfermeras que dejaron sus ciudades y viajaron hasta Madrid para atender la crisis del coronavirus en uno de los territorios más afectados. "Fui contratada para trabajar como enfermera en abril, con un contrato de tres meses con posibilidad de que se alargase", explicó.

Pero cuando cerraron el hotel medicalizado porque bajaron los casos de pacientes infectados, vio como su contrato finalizaba. "Fui a firmarlo y me llevé la sorpresa, me di cuenta de que acaba con la fecha del 30 de abril", señaló.