Andrea Ropero se ha trasladado junto al equipo de El Intermedio al campamento de Moria, un centro que comenzó a construirse en el año 2013 como una medida provisional para auxiliar a los migrantes que llegaban a la costa griega. En su diseño inicial, tenía capacidad para 3.000 personas pero, tras estallar la crisis de los refugiados, creció sin control hasta albergar a 13.000 migrantes.

El pasado 9 de septiembre quedó arrasado tras un incendio, devolviendo a la actualidad una de las mayores vergüenzas de Europa. En pocos días, las autoridades griegas construyeron otro campo, una solución que perpetúa el problema, que siguen sin ofrecer a estas personas unas condicionas dignas.

El desgarrador testimonio de un refugiado con un bebé en Moria

Andrea Ropero habla con una de esas familias que salieron de Siria huyendo de la guerra. Él, veterinario, habla con la periodista mientras sostiene a su bebé, de tan 12 días en brazos.

Pese a ser reacios, finalmente, serán trasladados al nuevo campamento junto al bebé y su hija de tres años. "La situación será degradante, igual que en el anterior campamento, el bebé no soportará las condiciones", lamenta el joven, que afirma que, aunque el campamento se llamaba Moria, los refugiados le llamaban "'El campamento del infierno' porque la vida allí era un infierno". Puedes ver la entrevista completa en este vídeo.

Hablan los niños de Moria: "Nos tratan como animales abandonados"

Y es que los niños son un grupo especialmente vulnerable en los campos de refugiados por las malas condiciones de vida que tienen que no les permiten ni siquiera seguir con los estudios más básicos.

Andrea Ropero charla con algunos, entre ellos un chico de 14 años que llega de Afganistán. Preguntado por cómo se siente, asegura que en el campamento son "como animales". "No estamos bien", cuenta. De hecho, el incendio fue un episodio tan duro que le cuesta recordar todo lo que ocurrió.