Los familiares de los militares fallecidos en el accidente del Yak-42 vivieron un auténtico calvario. Nunca llegaron a conocer los detalles de lo ocurrido, no recibieron los restos mortales de sus seres queridos y los responsables del suceso fueron indultados.

Miguel Ángel Sencianes, hermano de uno de los sargentos que falleció, narró en esta entrevista con Andrea Ropero cómo vivió su familia lo sucedido y cómo reaccionaron al conocer que los padres de otro de los militares incineraron a su hermano al creer que se trataba de su hijo.

"Recuerdo que tiraron las cenizas en una playa de Murcia y mi hermano y yo nos bañamos en esa plaza. Necesitábamos hundirnos con nuestro hermano", contó emocionado, tras asegurar que cuando conocieron a la otra familia "no hubo reproches ni lamentos".

Asimismo, explicó que hubo momentos en los que pensaron que se volverían "locos porque se jugó con la estabilidad emocional y psíquica de los familiares. Era difícil mantener la calma, aunque tuvimos el consuelo de otras familias", añadió.

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