Pilar Rodríguez, exdirectora del Imserso y actual directora de la Fundación Pilares, analizó junto a Andrea Ropero en el confinamiento la dramática situación de las residencias de ancianos, donde la pandemia ha golpeado con gran crudeza.

La gerontóloga explicó que "ha fallado la precisión de acudir a tiempo y de atender a esas personas que son las más vulnerables" y las más expuestas a la pandemia del COVID-19 por culpa, principalmente, del contexto de precariazación que viven los centros, con escasez de profesionales y de medios.

Además, señaló que en nuestro país puede existir residencias privadas que "están gestionadas por personas o grupos que no buscan tanto el bienestar de esas personas y buscan más el lucro". Por eso, afirmó la necesidad de realizar un cambio de modelo radical en estos centros y convertirlos en "más humanos".

De esta forma, Pilar Rodríguez señala como clave que se atienda de manera personal a cada una de las personas para que puedan "seguir desarrollando su proyecto de vida" una vez tengan que abandonar sus casas porque necesiten cuidados. "Se coloca a los mayores en un lugar donde se les mira como enfermos. La vida allí no es agradable, nadie quiere vivir en un hospital", recordó la experta, que detalló cómo serían estas "residencias más humanas".

"Se les tiene que dar seguridad y atención, pero a la vez que sus vidas continúen teniendo sentido, que puedan tomar decisiones y que puedan seguir haciendo actividades que les gusten". Es lo que ella denomina, un modelo de residencia hogar, para que "puedan vivir en casas que se parezcan a las suyas".

Además, hizo hincapié en que en España "el modelo de cuidados se ha planteado desde el punto de vista de los propios servicios y no desde le punto de vista de lo que queremos las personas". Por último, afirmó que creía que esta terrible situación de las residencias, propiciada por el coronavirus, "va a marcar un antes y un después en la organización de estas residencias". Por lo que espera que de cara al futuro, se gestionen de mejor manera.