La apertura de la primera fosa común del franquismo en el año 2000 en Priaranza del Bierzo, en León, marcó un antes y un después en nuestro país. Entonces, empezó un camino de la memoria olvidada, que todavía hoy en día se sigue recorriendo.

Dónde estabas entonces ha entrevistado en este fragmento a Emilio Silva, fundador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que en el año 2000 descubrió dónde se encontraba la fosa común en la que habían asesinado a su abuelo.

"Luchaba para que en su pueblo, Villafranca del Bierzo, hubiera una escuela pública y laica. El 16 de octubre de 1936 le retuvieron en el ayuntamiento y se lo llevaron para asesinarlo en una cuneta junto a otros 13 hombres", ha explicado.

A Emilio Silva "le metieron con otros hombres en un camión de gaseosas" para ejecutarles, pero Leopoldo Morilla logró escapar y contó qué había ocurrido y quiénes habían sido los asesinados.

Años después, su nieto logró dar con Arsenio Marcos, que le dijo "dónde se encontraba la fosa", y comenzar una exhumación en la que se encontraron varios huesos. "Me acordé de mi abuela, que ya había fallecido, ¡lo que hubiera sido para ella ver eso!", señala Emilio Silva.

Entonces, amigos y familiares organizaron un funeral improvisado, un homenaje que no pudieron hacer 64 años antes. Desgraciadamente, no todos los españoles han podido dar con sus familiares. "Entre el 2000 y el 2018 se han exhumado 50 fosas comunes, en las que se han encontrado 8.000 cuerpos. Tenemos una lista de 114.000 personas y el número sigue creciendo", sentencia Silva.