Disfrazado siempre con barba y peluca, el solitario actuó impunemente por toda la geografía española desde 1993. En su curriculum delictivo constan más de 30 atracos a bancos, el asesinato de dos guardias civiles en un control de carretera en Navarra y el homicidio imprudente de un policía local en Castellón.

La identidad del atracador fue motivo de innumerables debates ya que la policía no era capaz de encontrar ni una sola pista que les llevara hasta él.

Su último atraco con éxito tuvo lugar en la localidad de Toro, en Zamora, y después de este asalto una persona cercana al atracador le reconoció y alertó a las autoridades. Tras esta pista las autoridades le siguieron la pista hasta Figueira da Foz, en Portugal, donde pretendía dar su último atraco pero fue detenido con ayuda de la policía portuguesa.

Por fin se desveló su identidad, el Solitario resultó ser un problemático vecino de la localidad madrileña de Las Rozas y su nombre real era Jaime Jiménez Arbe. Siempre negó los asesinatos de los guardias civiles pero sí reconoció con orgullo sus atracos. Eso sí, prefería calificar sus actos de otra manera: se defendió en el juicio diciendo que era un "expropiador de bancos". A día de hoy cumple condena en un centro penitenciario de la provincia de León.