En diciembre de 2010, muchos españoles se preparaban para disfrutar un largo puente de la Constitución. Sin embargo, las imágenes de vuelos cancelados empezaron a llenar los monitores de las terminales de los aeropuertos.

La razón era que los controladores aéreos, Aena y el Gobierno, no habían llegado a un acuerdo para un nuevo acuerdo colectivo. Situación que desembocó en el mayor caos aéreo de nuestra historia.

El Gobierno acusó a los controladores de llevar una huelga salvaje encubierta y tomó una decisión que nunca se había dado en democracia: declarar el estado de alarma. "Una decisión que la toma Aena y no los controladores que no tenemos potestad", comenta Daniel Zamit, portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos.

Tras 42 días en estado alarma, la situación se normalizó. Los controladores de nuestro país fueron acusados de sedición y de abandono de cargo público. Sin embargo, de las 22 causas que se abrieron en todo el país, 20 fueron archivadas.