En 2016, España pasó 315 días con un gobierno en funciones, ante la falta de consenso para investir a un presidente tras la victoria electoral de Mariano Rajoy, que sin embargo no obtuvo mayoría suficiente para gobernar. Un bloqueo político que causó una auténtica crisis interna en el PSOE, tras el pacto de Pedro Sánchez con Ciudadanos y el fracaso de su investidura, en la que por primera vez un candidato a la Presidencia no lograba el respaldo de la cámara.

Rajoy ofreció una gran coalición de PP y PSOE, que Sánchez rechazó. Tras una repetición electoral, un nuevo pacto -esta vez entre PP y Cs- y otra sesión de investidura fallida, las miradas se volvieron hacia Sánchez, sobre todo dentro de su propio partido, con el fantasma de unas terceras elecciones en el horizonte. Más de la mitad de la Ejecutiva de Sánchez dimitió para forzar su salida y Ferraz se convirtió en un campo de batalla, con el partido dividido entre los partidarios de la abstención ante una nueva investidura de Rajoy y los defensores del 'no es no'.

Sánchez quiso apuntalar su posición con una votación secreta, pero su opacidad hizo saltar por los aires cualquier posible entendimiento. El sector afín a Susana Díaz le planteó una moción de censura y el ahora presidente del Gobierno acabó anunciando su dimisión como secretario general y, posteriormente, renunciando a su escaño. Una "dolorosa" decisión que anunciaba en una rueda de prensa en la que no podía evitar emocionarse, tal y como puedes ver en el vídeo que ilustra estas líneas.