En el año 2015, el PP abordó una reforma histórica del Código Penal y, meses antes de agotar la legislatura, la prisión permanente revisable se convirtió en una realidad en España. Así, los crímenes más atroces pasaron a poder condenarse con penas de cárcel vitalicia, una medida que se aplicaría por primera vez por un crimen cometido ese mismo año.

Fue en julio de 2015, cuando David Oubel mató a sus dos hijas de cuatro y nueve años. Dos años después, la Audiencia Provincial de Pontevedra le aplicó la primera condena de prisión permanente en nuestro país: Alejandro Pazos fue el primer fiscal en solicitarla y, al hacerlo, se emocionó durante el juicio, tal y como puede verse en el vídeo que ilustra estas líneas.