Tras el 2 de mayo de 1808, el día en el que los madrileños se levantaron en armas para expulsar a las tropas francesas de la ciudad, San Fernando de Cádiz se convierte en sede del Gobierno español. Tanto San Fernando como Cádiz fueron atacadas por 60.000 soldados franceses. Pero los habitantes de ambas ciudades demostraron tener "una resistencia numantina". Un término que conocemos muy bien en 'Desmontando', tal y como señala Boris Izaguirre. Durante más de dos años, el ejército napoleónico asedió estas dos poblaciones, pero no consiguió su objetivo.

"Después del asedio, Napoleón retira tropas y la victoria es tan importante como que el único reducto que finalmente quedaba en España para que la Junta de Regencia pudiera ejecutar una nueva Constitución fue aquí, en Cádiz", cuenta Francisco Javier Ramírez, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Cádiz. "Si no hubiese habido victoria o si los franceses hubieran terminado entrando en Cádiz, todo el territorio español hubiera caído bajo dominio francés, entonces todo se hubiera ido al traste. El Reino de España hubiera tenido que aceptar esa invasión de forma definitiva".

La Constitución de 1812, conocida como 'La Pepa' por la fecha de su aprobación, el 19 de marzo, día de San José, fue la respuesta del pueblo español a las intenciones invasoras de Napoleón Bonaparte. Algunas de las medidas que en ella se contemplaban eran que la soberanía residiera en la Nación (y no en el rey); la monarquía sería constitucional, y habría, por primera vez, separación de poderes.

"Los franceses intentaron darnos desde el dominio de su rey una carta otorgada, pero finalmente esto no se da porque lo que pretende precisamente la Junta de Regencia es que la figura de Fernando VII sea la prominente y a través de esa Constitución, que no es más que una especie de reglas del juego, España tuviera una normativa bastante avanzada para la época, como por ejemplo que la gente en España tuviera la posibilidad de votar, que es algo muy avanzado".

A pesar de ser una de las más conocidas históricamente, fue rápidamente derogada. "En 1814, una vez que termina la invasión napoleónica y se retiran definitivamente, Fernando VII vuelve a España y la elimina, pero sí que se convierte en una referencia tanto en los países del continente americano, que en muchos de ellos se copia, como en otros lugares de Centroeuropa":

A pesar de la lluvia y de la proximidad del ejército francés, ese día las muestras de júbilo fueron generales y los cronistas cuentan que se oían vítores y aplausos por toda la ciudad.