La conquista de la península hizo que formáramos parte del Imperio Musulmán y uno de los máximos exponentes en la península ibérica de esta época es Córdoba, que llegó a convertirse en capital de Ál-Ándalus. Hasta allí viajan Boris Izaguirre y el equipo de 'Desmontando'.

Mientras el presentador pasea por las calles que llevan a la Mezquita-Catedral, conversa con Rafael Valera, arqueólogo e intérprete de Patrimonio para conocer más acerca de este monumento. "La Mezquita, como tal, es la obra de varias generaciones. No es solo un edificio islámico, sino que tiene antecedentes previos", explica el experto.

Abderramán I es el primer andalusí que proyecta la construcción de una mezquita en este espacio, donde se encontraba la sede arzobispal de Córdoba. "Estaba aquí en época romana y como centro de poder de la época deciden ubicar su centro religioso encima o sobre el centro religioso anterior.

Abderramán I es de la familia Omeya, que estaba reinando en Damasco, en la capital del Imperio Islámico. "Pero hay una revuelta en esa época y los abasíes, otra familia oponente, los destrona. Prácticamente acaba con la familia. Y se tiene que exiliar". Así fue cómo llegó hasta Córdoba.

"Cada uno de los gobernantes de Andalucía, de la familia Omeya, quiso dejar su sello aquí (en la Mezquita) y, quien más pudo, fue ampliándola lo más posible". Valera desvela a continuación una curiosidad poco conocida de este edificio declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984. "No está orientada, digamos, canónicamente, como se deben orientar. No está orientada hacia la Meca, pues tendría que estar orientada hacia el sureste, o sea, hacia allá", señala el experto.

"Está orientada hacia el sur por dos ideas diferentes: en parte, porque la mezquitas sirias, de donde viene los Omeya, están orientadas hacia el sur, porque la Meca está al sur de Siria, y en parte porque la ciudad de Córdoba ya tenía un urbanismo previo, una historia de siglos, con unas calles, con una orientación que no se puede romper para edificar un gran edificio", detalla.

Tal y como muestra el gráfico que puede verse en el vídeo principal de esta noticia, la Mezquita de Abderramán I era discreta. De hecho, durante la primera fase de construcción, que duró apenas dos años, se aprovecharon materiales de edificaciones romanas cercanas. Después Abderramán II la amplió con un recinto amurallado, una torre y ocho tramos más hacia el sur, en la sala de oración. Abderramán III, por su parte, cambia la torre, expande el patio y refuerza los arcos del oratorio cubierto.

En ese mismo siglo, Alhakén II decide ampliar el oratorio hacia el Guadalquivir. En el siglo X, como no se podía ir más hacia el sur, Almanzor opta por añadir ocho naves más en dirección este, con su respectiva ampliación del patio.

Cuando los cristianos llegaron, aprovecharon el edificio para levantar allí su iglesia en el centro. Además, redecoraron los arcos y la torre, como puede verse en los gráficos.

"Córdoba, en época emiral va cogiendo importancia y en época califal es, junto a Bagdad, Damasco y Bizancio, la ciudad más importante de todo el Mediterráneo", cuenta el historiador.