Si existen contenidos infinitos sobre algún tema es, sin lugar a dudas, sobre bebés. Para cualquier primerizo, ese pequeño ser vivo supone todo una nueva y misteriosa experiencia, lo que le hace ser un devorador de información para prepararse.

Durante la planificación, no podemos olvidar que nuestros perros también tendrán que adaptarse a la futura situación. Como tuvo que hacer Carol con su perra Sasha, cuando hace tres años nació su hijo Daniel.

La Doctora en Biología y experta en educación canina Ío Almagro nos explica qué pasos debemos hacer para que nuestro perro se relacione de manera positiva con la nueva situación.

Durante el embarazo, podemos gradualmente realizar los cambios en el hogar para adaptarlo a la llegada del bebé y ponerle audios de llantos y balbuceos.

Cuando el bebé haya nacido debemos familiarizar a nuestro perro con su olor de una manera positiva, dejándole olfatear sus enseres, como ropa o pañales mientras le premiamos.

Para el gran momento final, el de la presentación, debemos individualizar ese momento al carácter de cada animal para, por ejemplo, si tuvieran actitudes como la de saltar para saludar, educar a nuestro perro previamente a no hacerlo. Y siempre hacerlo de una manera tranquila, natural e inclusiva para nuestro perro.

Según el niño vaya creciendo, la manera de relacionarse con el perro irá evolucionando y requerirá siempre nuestra supervisión. Por ejemplo, cuando tu hijo gane autonomía, habrá que crear espacios seguros para que nuestro perro pueda retirarse si quiere estar tranquilo.

¡Y lo más importante! En toda etapa es importante mantener las rutinas y no dejar de lado las necesidades básicas de tu perro.