Pedro García Aguado se desplaza en Cazadores de Trolls hasta un pueblo de Badajoz donde vive Luisa, una mujer a la que han convertido en la diana de una venganza que no logra comprender. Para comprender su sufrimiento, Luisa muestra a Pedro García Aguado los ataques que ha recibido por Internet, tanto los anuncios en los se hacían pasar por ella ofreciendo sexo gratis, como el acoso que ha recibido en Twitter de un perfil falso.

Todos estos mensajes de acoso han creado una situación desesperada de más de ocho meses que le ha llevado a pensar en quitarse la vida y que ha hecho que no se sienta segura en ningún lado.

Para intentar poner fin a estos ciberataques anónimos, Pedro García Aguado pide ayuda al informático de Cazadores de Trolls, Enrique Serrano, quien decide crear un perfil social con el que ganarse la confianza de los 'trolls'.

Como comentaba Aguado, detrás de cada episodio hay varios meses de trabajo y el equipo al fin consiguió dar con el nombre de los ciberacosadores y crear así una trampa para coincidir con ellos. A la espera de saber si aceptarán el plan trampa, Luisa conoce de una vez por todas quién o quiénes se esconden tras las amenazas. Su reacción es increíble, no se lo podía creer.

Los ciberacosadores no cayeron en la trampa, pero esto no desanimó al equipo de Cazadores de Trolls, que consiguió dar con la ubicación de su vivienda. Así es como por fin Luisa pudo estar frente a frente sus trolls:

El consejo de Pedro García Aguado tras revivir este caso es claro: "Pensadlo bien antes de colgar vuestras cosas en redes". Muchas veces damos información de forma inconsciente que alimenta a los ciberacosadores. Aún queda mucho por conocer en Cazadores de Trolls, pero esta lección nos queda grabada.