Salvador Barrio, Julia dos Ramos y su hijo pequeño, Álvaro, de tan solo 12 años, fueron asesinados la madrugada del 7 de junio de 2004 en su piso de Burgos. Aitor Curiel, médico forense, explica que en todas las autopsias hay tres objetivos que hay que descubrir: si es un homicidio, la hora del asesinato y la causa de la muerte. "Está claro que es un homicidio", explica el forense del triple asesinato, el cuál también tiene una hora fijada y la causa de la muerte establecida: "Son 99 lesiones por arma blanca".

"El que más lesiones presenta es Salvador", explica el médico forense, que detalla que el padre tiene "50 lesiones, muchas de ellas de defensa, que acreditan que hubo un gran forcejeo". Por otro lado, "otras lesiones son mortales y algunas post mortem". Julia, la madre, en su lugar, tiene 17 lesiones: "Son pocas comparativamente hablando y es importante interpretarlo, lo más importante es que de esas 17 solo 1 es una lesión de defensa".

Además, "en el cadáver encontramos unas escoriaciones paralelas en el cuello que serían compatibles con haberle arrancado una cadena o collar", explica el médico forense. Según los hermanos de Julia, ella siempre llevaba una cadena y, a modo de colgante, un anillo con unas iniciales. Sin embargo, esa cadena no apareció en la escena del crimen. Por último, el pequeño Álvaro presentaba 32 heridas por arma blanca.

"Tiene muchas heridas de defensa", explica el forense, que detalla que el hijo pequeño del matrimonio "se defendió". "Los tres mueren degollados, mueren por un shock hemorrágico", explica Aitor Curiel, que destaca que "las lesiones dan compatibilidad con un arma blanca de 9 centímetros de largo y 2,5 de ancho". "Eso es relativamente pequeño, puede ser un cuchillo de postre o una navaja", detalla. Por último, las autopsias reflejan que "hay mucha ira e inquina" a través de las puñaladas: "Eso no ha podido ser de 0 a 100, esa persona ha entrado a la vivienda con mucha ansiedad, ganas y odio".