Nicolás Sánchez Albornoz, a sus 93 años, recuerda cómo fueron los cuatro meses que pasó en el Valle de los Caídos. Era poco más que un adolescente cuando fue detenido y condenado a seis años de trabajo en el destacamento de Cuelgamuros.

"Hubo 44 fugas, pero las únicas que tuvieron un resultado positivo fueron las nuestras", relata al equipo de Carretera y Manta. Una noche decidió poner fin a esa tortura y se escapó.

Este historiador fue detenido sólo por pertenecer a la Fundación Universitaria Escolar. "Yo era estudiante y el Gobierno se mosqueó de la propaganda que hacíamos en la Universidad y me mandó detener en la Semana Santa de 1947", explica Nicolás.

72 años después sigue sin comprender que los restos de Franco sigan en el Valle de los Caídos. "El Estado tiene que intervenir y cumplir el deseo de la mayoría de españoles", añade Nicolás, que no ha vuelto a pisar el Valle desde que logró huir.

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