El camino a casa de Norma Duval sigue su recorrido y en este viaje por la infancia, Albert Espinosa le pregunta acerca del nacimiento de su nombre artístico. "Norma Duval siempre la tuve dentro, pero no pude desarrollarla hasta los 16 o 17 años, porque mi padre no quería que fuera artista".

Sin embargo, su madre, que era su gran aliada, concertó un encuentro entre su hija y un representante de artistas. "Se llamaba como el futbolista, Fernando Butragueño", recuerda ella. "Mire usted, señora: lo primero que hay que hacer es cambiarle el nombre a la niña. Purificación, no. Para lo que su hija quiere, Purificación, no", le dijo entonces a su madre aquel señor.

En la cajetilla de tabaco empezó a escribir nombres. "Había nombres así muy 'repimpopantes' como Débora 'Nosecuántas'. Y en un lado estaba escrito 'Norma Duval'. Y yo dije 'ay, a mí me gusta Norma Duval'", relata. "Me dijo, 'pues Norma por Norma Jean y Duval por 'La dama de las camelias'".

Su apellido artístico le vino que ni pintado cuando viajó a Francia. "Duval es muy francés", le explica ella al escritor.