"Mi familia es que era un poco lorquiana, eran todos como muy dramáticos y ese drama nos lo han contagiado a cada uno de nosotros", afirma Fernando Tejero en su particular 'camino a casa' que recorre de la mano de Albert Espinosa. Ahora están parados en la puerta de la que fue la casa de su tía. Es en ese momento cuando su prima Maruja decide bajar, a pesar de que los dos le acaban de gastar una broma por el telefonillo.

Maruja le da mil besos a Fernando cuando lo ve y saluda a Albert con alegría. "Gracias por dejarnos los tesoros de tu madre", le dice Espinosa. Ella ha sido la responsable de que su primo volviera a tener en sus manos minutos antes de su encuentro el dedal y las gafas de su adorada tía, con la que vivió hasta los 14 años.

El actor compartía casa entonces también con su prima, con lo que, más que primos, se consideran hermanos. Así lo expresa ella con naturalidad cuando Albert Espinosa se lo pregunta. "¡Joder! ¡Perdón! Si mi hermano tenía celos de él, porque yo iba a un santo que había en Córdoba, San Pancracio, que se le pide salud y trabajo, y mi hermano decía que yo iba y pedía solo por Fernandín", cuenta.

La mujer relata algunos recuerdos de su infancia, como cuando ella le impedía bajar a la piscina porque tenía miedo de que se cayera y se hiciera daño. "Se me ponía en la cabeza: este se lía a correr, se cae a la piscina y se mata", rememora.

"¡Cómo lo has cuidado toda la vida!", exclama con admiración Albert Espinosa. "Ojalá hubieras sido mi hermana". El presentador comenta con 'Fer' la suerte que tiene. "¡Tienes dos familias! ¡Tienes un arte en conseguir familias!"