El escritor Máximo Huerta ha dejado al descubierto su lado más personal haciendo un viaje al pasado con Albert Espinosa.

Acompañado de dos de sus amigas de toda la vida ha confesado alguna que otra 'trastada' de sus tiempos de infancia y juventud.

Una de sus amigas es la que saca a relucir la anécdota: "Recuerdo que cuando éramos pequeños, por la carretera que va hacia Alborache (en Valencia) había un molino abandonado e íbamos por la tarde ahí a robar tebeos y cromos".

"Y revistas porno", puntualiza Máximo Huerta. Objetos que rápidamente escondían: "No nos las podían encontrar".

"Es precioso, si tienes una papelera al lado, reciclas papel y puede que haya revistas porno, cromos...", subraya Albert Espinosa.

A esto, Máximo Huerta recuerda que "era muy excitante ir a la papelera para ver qué había porque estaba prohibido".