El escritor Máximo Huertaha recordado con Albert Espinosa el dolor que sintió después del rechazo de su abuela Lucía a un cuadro que él le pintó.

"Le pinté una rosa roja, era como mi primer cuadro y lo llevé a que lo enmarcaran. Se lo regalé a la abuela Lucía, que tenía muchos nietos y yo era el último. Al ser el último no eres el nieto querido", ha relatado.

No obstante, pronto su alegría inicial se desvaneció: "Colgué mi cuadro feliz y satisfecho, pero a la semana siguiente vi que ya no estaba. Lo habían escondido y habían puesto otro de otra prima que pintaba mejor y que era más querida".

"Aquel cuadro que puse se convirtió en el clavo para otro cuadro. El mío estaba escondido, tuve que disimular las lágrimas, la frustración y a mi abuela le daba igual. Ahora el cuadro está por algún armario de mi casa todavía, sin colgar", lamenta Máximo Huerta .

"Esa fue la primera frustración, luego han venido más", desvela totalmente sincero.

Sobre sus cuadros, Albert Espinosa muestra cómo Máximo Huerta se pintó a sí mismo de pequeño y lo firmó con el nombre de su padre. Además, también enseña el cuadro que le regaló a su madre. Una obra que, en palabras del escritor, "es una horterada" y está retocado.