Albert Espinosa viaja hasta Córdoba para recorrer sus calles de la mano de Manuel Díaz 'El Cordobés', surcando su complicada infancia, muy marcada por las dificultades económicas y las carencias afectivas. El extorero se sincera como nunca en un programa de televisión en este particular Camino a casa que comienza en la calle en la que se encontraba su antigua escuela.

Albert y Manuel caminan hasta la iglesia en la que hizo su primera comunión él solo, sin sus seres queridos, para después sentarse a merendar en la plaza del torero Manolete. Continúan el camino yendo al barrio de los toreros, donde El Cordobés aprendió los valores de la tauromaquia.

El presentador lleva al diestro a su hermandad en la parroquia de San Andrés donde le sorprenden sus compañeros costaleros con los que portaba a la Virgen. También visita el lavadero de coches donde trabajó cuando era adolescente. Allí se encuentra con sus antiguos compañeros de trabajo que después de más de dos décadas siguen trabajando en el mismo sitio.

En la plaza de toros, les esperan los estudiantes de la escuela taurina, con quienes comparte enseñanzas y consejos. Finalmente, su camino a casa termina en la vivienda donde vivió cuando era pequeño. Al entrar en el portal, se encuentra casualmente con la vecina a la que salvó en el ascensor años atrás.

Esta es la primera vez que 'El Cordobés' recorre las calles después de haberse reconciliado con su padre.