Máximo Huerta se sincera como nunca con Albert Espinosa hablando de la violencia de su padre: "Me acostumbré de niño al miedo, sé cómo sabe".

Desde pequeño, el escritor intentó proteger a su madre en todo momento. "Mi padre era violento en casa y yo prefería quedarme cuidando a mi madre, era su protección de vida. Si yo estaba, mi padre se cortaba más", relata.

A pesar de su comportamiento, durante los últimos años de vida, Máximo Huerta supo perdonar a su padre y dejar atrás el rencor: "No puedo justificar nada de lo que hizo, pero sí reconciliarme".

Ahora, muchos años después, el escritor cuenta con nostalgia qué regalo recibió de su padre cuando era pequeño: "Me regaló el uniforme del Real Madrid blanco con el número 4 y un balón de reglamento precioso".

Precisamente, Albert Espinosa regala a Máximo Huerta una camiseta del club blanco con el mismo número y su nombre escrito detrás. Ante el emotivo detalle, el escritor decide ponérsela: "En honor a mi padre, que moriría por esto".