Llega la hora de descansar y reponer fuerzas tras un largo trayecto desde la casa de los tíos de Fernando Tejero al segundo colegio en el que estudió desde sexto curso. Albert Espinosa se "descalza", como él suele decir, y se quita la pierna ortopédica durante un rato, mientras ambos se sientan en el patio de la escuela a comer sus meriendas y a jugar a un juego que aprendió el presentador de 'El camino a casa' cuando estuvo en el hospital por culpa del cáncer que sufrió de los 14 a los 24 años.

Se trata de un peculiar juego de cartas que usa las palabras como base para compartir, negociar y sincerarse. En el transcurso, sale a relucir la palabra "padre". "Yo tuve dos padres", afirma Fernando Tejero. El actor vivió con sus tíos hasta los 14 años, y ve al marido de su tía como otra figura paternal. 'Fer' le cuenta a su compañero de viaje 'Espi' que le gustaría "haber sido más amigo" de su padre biológico.

Él hubiera querido "haber tenido más comunicación" y poder expresarse tal y como era. "Me gustaría haberle contado cada problema que tenía", afirma. "Era duro, porque yo trabaja con él y sin embargo no tenía prácticamente ninguna comunicación. Era poco más que 'buenos días' y 'a trabajar'", lamenta.