Rosa López pasea junto a Albert Espinosa por la calle por la pasaba cuando era niña para ir al colegio y en ese recorrido, se encuentra con unos amigos de la infancia, propietarios de un restaurante de comida asiática. Al ver a sus amigos, la cantante no puede contener las lágrimas de emoción ante el reencuentro. "Hemos estado mucho tiempo sin vernos", expresa entonces el hombre, quien señala que se conocen desde "hace 35 años".

Así, el grupo entra al local, donde hablan de la infancia de la cantante y recuerdan los días en los que su familia iba a comer allí. Además, destaca la "especial conexión" que tenía con Isabel, la dueña del restaurante. " Me encanta la buena gente y trabajadora, me da igual de dónde sean", señala entonces López, a lo que añade que le da igual que sean "españoles, del polígonos, chinos o franceses". "La buena gente es buena aquí y allí", expresa, tras lo que vuelve a emocionarse al recordar a su padre.