Albert Espinosa y Alaska entran en el colegio de la cantante. "No he vuelto nunca", dice ella, que lo encuentra todo "muy cambiado" y "muy moderno". "Todo esto era nuestro patio y todo esto era suelo de gravilla de ese que siempre te caías y te destrozabas la piel de las rodillas", explica a su entrevistador.
Aunque lo que más recuerdos le trae es la valla, que cuando ella era alumna del centro "estaba hasta abajo" y permitía a ella y a sus amigos ver a los estudiantes del colegio 'El Estilo' durante el recreo. "Cuando los mayores del Estilo pasaban por aquí, nosotras con diez años gritábamos: 'Ay, ¡que vienen, que vienen!'", confiesa entre risas.
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Luego, con el paso de los años uno de ellos era Antonio Saura, hijo, de quien ella estaba enamorada. "Yo le decía: 'Estoy muy pilladita por ti'", confiesa a Albert Espinosa, que no puede evitar reaccionar: "¡Qué bonito!".
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