Flipper y La Hormiga Atómica regresan a la memoria de Alaska, que recibe con mucha ilusión los regalos que Albert Espinosa le está haciendo en El camino a casa. La artista se viene arriba recordando a los ídolos de su infancia y a los personajes que tanto la acompañaron entonces, y el presentador disfruta al verla tan entusiasmada.

Hay una niña todavía dentro de ella, la pequeña Olvido, que con 12 años quiso llamarse Alaska y convertirse en lo que hoy es: una estrella de talla mundial y un icono de la cultura pop española. "De pequeña yo era muy de animales", relata ella, aún alucinando con Flipper. No le gustaban tanto, por aquellos entonces, los niños. "Los niños de mi edad siempre me han parecido aborrecibles", confiesa.

Aunque ahora sí, le encanta jugar con los pequeños, tanto, que montaría una escuela infantil. Pero, aclara, no quiere ser madre. "Una cosa es que te encanten los niños. Yo tendría un parvulario. Un parvulario para ir por las mañanas, verlos. Verlos, jugar con ellos, malcriarlos, y se los devuelvo a sus padres y que los críen".