ALERTA DE SPOILER: Este artículo desvela quién es el ganador de Batalla de restaurantes Murcia.

Tras visitar los cuatro establecimientos que compiten en esta edición de Batalla de restaurantes celebrada en la región de Murcia, los concursantes están expectantes por conocer al ganador. Liborio Saura, del Chiringuito Al lío; Antonio López, jefe de cocina de la Freiduría Mar Menor; Clara Agüera, propietaria de Maloca, y Adrián Ros, chef ejecutivo de La Solana en el campo de golf de La Manga, viajan en una furgoneta con los cristales tintados que les lleva hasta el local que ha salido victorioso de esta aventura.

Sus puntuaciones colocaron a Clara en primer lugar, con un 6'7 de nota media. El siguiente clasificado es Adrián, con un 5'9. Liborio le sigue muy de cerca, con un 5'6. A la cola, bastante alejado de las puntuaciones de sus compañeros está Antonio, con un 3'7. Ahora solo queda saber cuál es la valoración de Alberto Chicote para confirmar o no los puestos de esta clasificación provisional.

En el viaje, los participantes de esta edición conversan nerviosos, convencidos de que la ganadora es Clara. "Yo creo, sinceramente, en este caso, que eres una justa vencedora", le asegura Liborio. Eso sí, tiene que invitarle a "una cervecita". "Después tenemos que quedar los cuatro, por supuesto", concede ella, sin llegar a creerse su primer puesto todavía.

Pero en efecto, Maloca es el restaurante que se corona como el mejor sitio para comer caldero (el plato típico de la comarca del Campo de Cartagena) en la región de Murcia. En la puerta del local esperan la familia de Clara, su perro y Alberto Chicote. El chef desvela cuáles han sido sus puntuaciones, que no varían en nada la clasificación profesional. 7'7, 6'8, 5'2 y 4'5.

"La Solana es el restaurante de Adrián, un cocinero que ama su oficio y se nota que le gusta expresarse cocinando. Interpreta platos clásicos con mayor o menor acierto. Cuando te acercas a Maloca parece un restaurante como cualquier otro, pero al sentarte a la mesa te das cuenta de que es un proyecto único, con buena cocina y muy buen fondo. Antonio heredó un negocio, la Freiduría Mar Menor, que era una patata caliente, y aunque le queda mucho camino por andar, el tesón y la constancia seguro que darán sus frutos. Al Lío es uno de esos sitios al que quieres ir alguna vez. Está en uno de sus enclaves paradisíacos donde la cocina tampoco es lo más importante, pero está Liborio, un gran vendedor al que seguro que quieres conocer".