Omar, de La Central Gastro, es el competidor más directo de David, chef y propietario de MalaSangre, el restaurante que es en estos momentos objeto de la evaluación de los participantes de Batalla de restaurantes y de Alberto Chicote. El concursante no duda en criticar cada rincón del local y con ese ánimo se sienta a la mesa para probar los platos. Claudia, de Casa Luisa, tampoco está dispuesta a callarse nada. Defiende que sus rivales están siguiendo una estrategia y ahora está dispuesta a llevarla ella.

Eso es algo que el chef de MalaSangre sabe bien, y por eso quiere dar lo mejor de sí mismo para ganar el programa... y de paso, callar bocas. Cuando entran las comandas en cocina, a pesar de que David ha empezado con un discurso motivador para animar a su equipo, su buen rollo se acaba pronto. "Dani, ¿a qué estamos? El tomate, tío. A ver, me voy a cagar en Dios, tío", estalla con su ayudante de cocina, dejando ver todo su nerviosismo.

Los platos llegan a la mesa y son anunciados por el camarero. Su aspecto es de lo más refinado, digno de la alta cocina de la que presume MalaSangre. "Desde luego, nada que ver con lo que hemos probado hasta ahora", reconoce Chicote antes de dar un bocado. ¿Convencerá la comida de David y su equipo a los participantes y al presentador de Batalla de restaurantes?