Alejandro está feliz por haber llegado tan lejos, ni más ni menos que ha logrado un trabajo en el restaurante de Fundación DKV, El Altillo, en Jerez de la Frontera. Se trata de un restaurante con la mayoría de plantilla con diversidad funcional y que este año aspira a recibir una estrella Michelin.

Sin embargo, la distancia le pesa y tiene la ilusión puesta en otro lugar. Su máximo deseo es encontrar un trabajo de cocinero en Málaga donde vive su novia y su familia. Le acaba de pedir matrimonio, y se casarán el año que viene, pero le preocupa tener que renunciar a su pasión por la cocina cuando vuelva a Málaga.

Su ídolo es el cocinero 3 estrellas Michelín Dani García quien tiene varios negocios en esta provincia.