Hermann Schreiber es un octogenario residente en Vigo que sufre alzhéimer. Sin embargo, no ha olvidado cómo tocar la armónica, técnica que aprendió cuando sólo tenía cinco años.
Cuando la gente aplaude desde sus balcones la labor que están haciendo los sanitarios en esta crisis por coronavirus, él sale a tocar desde su ventana y cree que todas esas personas ovacionan su recital.
A esa sensación, la de sentir que está ante su público, no ha llegado por una ocurrencia cualquiera. Se lo ha hecho creer así la persona que lo asiste, Tamara Sayar.
"Pedazo concierto, eh, Hermann", "¿Ves? Te has puesto nervioso. Mucho público. Yo entiendo", le dice la mujer en el vídeo de su 'concierto'.
Él sonríe, sigue soplando y al final bate sus propias palmas sobre el instrumento, sumándose a la ovación.