Una joven decidió recoger todo el pelo que se le caía durante un año para fabricarse unas extensiones caseras.

Lo hizo cogiendo cada cabello que se iba encontrando en el lavabo, en la cama, en la ducha, en la almohada y en otros espacios de su casa durante varios meses.

Finalmente, logró acumular muchos pelos y hacerse una especie de extensiones con celo. Puedes ver el resultado en el vídeo superior.

(*) Este verano en laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la temporada de Aruser@s.