Ermelinda no pudo ir al colegio porque desde muy pequeña tuvo que trabajar para ayudar económicamente a su familia, una historia que se repite muy a menudo entre la gente de avanzada edad.

Por ello, a sus 105 años ha decidido retomar sus estudios para obtener el graduado escolar. "No puedo estar sin hacer nada. Además, no me siento de la edad que tengo. Si hay que poner un número diría que, como mucho, me siento de 60", confiesa en diario 'Clarín'.

La anciana vive en una residencia de Chascomús, en Argentina, donde una docente la visita dos días a la semana para darle clase con contenidos adaptados.

"Me encanta leer. Mi mamá me enseñó. Con ella aprendí las primeras letras. Después nos pedía escribir en una libreta, yo ponía lo que iba a hacer al día siguiente", cuenta en esta entrevista.

Además, explica que su trabajo, cuando tenía seis años, consistía en "pasear a los terneros, ordeñar a las vacas y hacer queso".