Una señora que paseaba por una de las calles de Polonia decide parar el tráfico para que un coche que se encontraba aparcado, diese marcha atrás y tuviese espacio para salir a la carretera. ¿La sorpresa? Tras unos minutos con el tráfico parado, el coche no sale, ni siquiera ven al conductor y sus luces nunca se encienden.

Alfonso Arús cree que existen dos posibilidades: "Que nos esté vacilando o que un conductor no le haya hecho caso y haya decidido no salir".