De todos es sabido que las prisas no son buenas consejeras y menos aún si la vida está en peligro. Una verdad universal que no tuvo en cuenta este imprudente viajero, que para cruzar de un andén a otro decidió optar por el camino más rápido, pero también más arriesgado (además de prohibido): bajar a las vías del tren.

La fortuna quiso que, a pesar de que el hombre no tuviera la habilidad para volver a subir al andén por mucho que lo intentara, el tren se encontrara ya aminorando la marcha, dado que estaba llegando a una estación en la que tenía que realizar una parada. Un hecho que permitió que el conductor frenara a tiempo de evitar el desgraciado accidente.

Este vídeo grabado en Australia nos sirve como recordatorio para cualquier ciudadano del mundo: nunca debemos cruzar de un andén a otro por puntos no habilitados para ello, especialmente si en ese trayecto corremos el peligro de que nos atropelle un tren.