De frío nada. La de un trabajador de un autolavado ha sido una venganza bien caliente. El hombre, que ha sido despedido, opta por derramar ácido sobre catorce coches del taller.

Además lo hace a cara descubierta y sin ningún tipo de miramiento, destaca Tatiana Arus. "Él ha trabajado ahí, sabe que hay cámaras y le da absolutamente igual", añade.

Por su parte, Argie Cárdenas cree que el empleador ha decidido actuar así adrede para que sepan que ha sido él. "Imagínate vehículo tras vehículo lo que le debe estar pasando por la cabeza", expresa.