Dentro del equipo de Aruser@s hay quien se ha saltado el código penal y lo reconoce. En concreto, el artículo 197, de "descubrimiento y revelación de secretos". "Yo he cometido el delito, y te digo, y ya sé que Twitter se me va a poner todo loco, pero yo lo volvería a cometer. Luego hago trabajos sociales y ya está", confiesa Patricia Benítez.
María Moya opina que si miras el teléfono de tu pareja y descubres que realmente hay un secreto que afecta a vuestra relación y a vuestro futuro, "y cambia tu vida para mejor, no debería ser un delito".
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Alba Gutiérrez, por su parte, tiene una pregunta transcendental en mente: ¿Qué condena es peor: por la ley o a una vida de engaño? Y ojo, porque Patricia Benítez, quien según ella misma asegura, tiene un "máster en infieles", ha aprendido una importante lección. Y es que, al parecer, la infidelidad ya no se cuece en WhatsApp, sino en Instagram y Telegram.